Siguiendo con la serie de consejos al estilo “en caso de Tsunami sigue a los Moken”, en éste entrada, aprenderemos como bañarnos en algún río del Amazonas sin correr riesgos espeluznantes en el intento. Me refiero precisamente al riesgo (mínimo pero real) de que un “pez vampiro” termine dentro de nuestro cuerpo en pocos segundos.
Al parecer, los nativos del Amazonas, conocen una regla de oro para bañarse en el río: primero, que no es aconsejable hacerlo desnudo, y segundo, hacerlo siempre de espaldas a la corriente, y con todos los orificios del cuerpo cubiertos con las manos. El riesgo es que un pez conocido como candirú (Vandellia cirrshosa), se interne a nuestro cuerpo para transformarlo en su húesped y alimentarse de nuestra sangre.
El Candirú, tiene una particular habilidad para introducirse al cuerpo de sus víctimas a través de orificios, y una vez allí, conectar con alguna arteria y dejar que la sangre lo alimente. Por cierto, el riesgo de un Candirú parasitando en un humano, aunque muy real, es también bastante bajo y hasta accidental.
El candirú, utiliza su particular método para alimentarse en otros peces y animales. Tan sólo se ha registrado un primer caso en humanos en el año 1997: un joven que según sus declaraciones, se encontraba orinando en el río cuando un Candirú, penetra a través de su uretra con una rapidez y habilidad inusitada, según declara. El tratamiento para eliminarlo consiste en aplicar una planta repulsiva (jagua o jenipapo) en el área afectada, o una cirugía en caso de complicaciones.
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